En 2004, tras el terremoto en el océano Índico que provocó una serie de tsunamis que arrasaron las costas a cientos de kilómetros a la redonda, el sultán de Omán, Qabus bin Said, decidió ponerse en contacto con la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco (IOC-Unesco) para pedir asesoramiento en la protección contra tsunamis, ya que se encuentra en una zona de actividad sísmica (la zona de subducción de Makran).
Se convocó un concurso a escala internacional con el objetivo de realizar el análisis de los peligros costeros, vulnerabilidad y riesgo para la costa de Omán, enmarcado en un sistema de alerta temprana contra tsunamis. Y se lo llevó el IH Cantabria (con el apoyo de una empresa local de ingeniería, HMR. El proyecto contaría con una financiación de 982.510 euros y una duración de 14 meses.
Los dos peligros que amenazan la costa de Omán y que han sido analizados por el IH son los 'storm surge' (sobreelevaciones del mar provocadas por tormentas, aunque en este caso la principal preocupación son los ciclones tropicales, mucho más severos) y los tsunamis. La zona no ha sufrido un tsunami en mucho tiempo, pero geólogos especializados en paleotsunamis han encontrado evidencias de que en Omán, cientos y miles de años atrás, hubo olas provocadas por movimientos sísmicos que provocaron unos daños muy graves.
En los últimos meses, el IH ha desarrollado una aplicación que recibe al instante la localización y magnitud de cualquier terremoto que pueda lanzar un tsunami sobre Omán. Como no hay tiempo suficiente para analizar la propagación de un tsunami, las zonas de riesgo o la necesidad de alertar a la población en el momento preciso en que se produce el movimiento sísmico, el IH ha calculado todos los modelos y variables posibles para que Omán pueda saber, en unos instantes, cómo será el tsunami que llegará llegará a sus costas en los 30 minutos que puede tardar en recorrer la distancia entre la principal falla de la zona y sus costas. Para ello, el IH ha generado 3.000 tsunamis y 800 ciclones sintéticos.
Predecir los desastres
El IH ha hecho el análisis de toda la costa, aunque se ha centrado especialmente en nueve áreas estratégicas para el Gobierno de Omán, como la franja litoral de Duqm, donde a raíz de este proyecto, el IH estudiará las erosiones costeras para asesorar al país en el desarrollo de un superpuerto. Será allí, en Duqm, al sudeste de la península Arábiga, donde desembocará el inmenso oleoducto que sacará todo el petróleo árabe a través del desierto, evitando así el inestable entorno geopolítico del golfo Pérsico.
Predecir un terremoto es imposible, pero un ciclón se puede prever, así que el IH ha desarrollado además una serie de herramientas de predicción para los 'storm surge'. La web que contiene estas predicciones está ya operativa y ofrece previsiones a tres días que se actualizan cada seis horas.
Mapas de inundación
“Toda esta información está muy bien para el sistema de alerta temprana, pero además se puede utilizar para gestionar mejor el país”, explica Jara Martínez, coordinadora del proyecto junto al director del IH, Raúl Medina. “Omán es un país que está viviendo ahora mismo un desarrollo bestial: se están construyendo infraestructuras por todas partes y está creciendo muchísimo la población. Con toda esta información se pueden crear mapas y herramientas que, a la hora de construir una infraestructura sensible, como un hospital o un colegio, indiquen cuáles son las zonas que no tienen riesgo de inundación”.
Esta herramienta de gestión se basa en un mapa de inundación que recoge al mismo tiempo las consecuencias de todos los peores casos. A eso se ha añadido también la vulnerabilidad (las zonas más pobladas o con infraestructuras sensibles), dando lugar a mapas de riesgo.
Y ahora, analizados los riesgos, el IH está elaborando un manual de mitigación: unas guías generales donde se indica cómo atajar los peligros del mar (una guía a escala nacional y otras para cada una de las zonas estratégicas). Los manuales contienen desde alternativas al planeamiento urbanístico para reducir la vulnerabilidad hasta planes de evacuación de la población.
Proyectos como este han convertido al IH en el mayor exportador de ciencia de la región y han permitido a los ingenieros cántabros del instituto conseguir otros contratos millonarios en Catar, Egipto, Brasil, Paraguay, Guatemala, México, Panamá, Laos, Vietnam...