Un gran puente En julio quedará inaugurado el puente sobre el mar, Zhuhai-Macao-Hong Kong

Publicado en Ruta de la Seda

Un gran puente

En julio quedará inaugurado el puente sobre el mar, Zhuhai-Macao-Hong Kong

A contracorriente de los muros arancelarios y territoriales que promueve el Presidente estadunidense Donald Trump, su contraparte en el otro extremo del mundo, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, lleva ya varios años de su administración tendiendo puentes en su zona de influencia geopolítica.

En julio del presente año, quedará inaugurado el puente sobre el mar, Zhuhai-Macao-Hong Kong, el más largo del planeta.

Con una longitud de 55 kilómetros de extensión y una vida útil proyectada de 120 años, este puente, que incluye seis kilómetros adicionales de túneles, es considerado actualmente como la obra de ingeniería más grande en la historia de la humanidad, y conectará las ciudades de Zhuhai, Macao y Hong Kong que, al día de hoy, en el traslado de sus habitantes emplea hasta tres horas; el puente reducirá el tiempo a tan sólo treinta minutos.

Edificado a través del Delta del río de las Perlas, donde se ubican estas tres ciudades y en las cuales conviven alrededor de 10 millones de seres humanos con una densidad de población de 10 mil habitantes por kilómetro cuadrado, el puente detonará el crecimiento económico de la región, de por sí ya bastante desarrollado.

Diseñado con una tecnología de última generación en la que el acero inoxidable dúplex fue el principal insumo, y en el cual se calcula se utilizaron un total de 400 mil toneladas, el puente Zhuhai-Macao-Hong Kong puede resistir tifones categoría 16 o terremotos de 8 grados Richter, e incluye en su arquitectura la creación de cuatro islas artificiales, edificadas sobre tubos de acero y hormigón insertados sobre el lecho marino. Uno de sus túneles, construido a más de 40 metros de profundidad, el más hondo del mundo, puede incluso resistir temperaturas de hasta mil 200 grados centígrados.

La ciudad de Zhuhai, prefectura de la provincia de Cantón, bajo el estatus de Zona Económica Especial, hoy recibe el 22% de su inversión extranjera procedente de Hong Kong, una ciudad al otro extremo del delta, definida como una Región Administrativa Especial de la República Popular China, y cuyo Producto Interno Bruto en 2016 alcanzó los 320 mil millones de dólares y un ingreso per cápita de 44 mil dólares anuales.

Ambas comunidades quedarán conectadas a la legendaria ciudad de Macao, el territorio más densamente poblado del planeta, también bajo el estatus de Región Administrativa Especial y que ha desarrollado su actual economía a partir del turismo y los casinos, legales en su territorio y prohibidos en el resto del país.

Hoy, la República Popular China es la nación que, sin duda, se encuentra a la vanguardia de la ingeniería civil contemporánea; siete de los diez puentes más grandes del mundo están dentro de su territorio y este puente sobre el mar, Zhuhai-Macao-Hong Kong, un proyecto de dimensiones majestuosas, forma parte integral de la llamada Nueva Ruta de la Seda, de la cual ya hemos escrito aquí y que el gobierno del presidente chino Xi Jinping promueve en todo el mundo como un mecanismo de expansión del comercio y la economía china.

Así, el Banco Popular de China, en conjunto con instituciones financieras como China Investment Corporation (fondo de riqueza soberana de Beijing), el Export-Import Bank de China y el Banco de Desarrollo de China, han creado el llamado Fondo de la Ruta de la Seda, con una inversión inicial de 40 mil millones de dólares para financiar los proyectos de ingeniería que requiere esta nueva ruta.

El puente Zhuhai-Macao-Hong Kong es apenas un ejemplo de la forma en la que el gobierno de Pekín construirá durante los próximos veinte años, a lo largo y ancho de Asia Central, Europa y Oriente Medio, infraestructura que contempla la creación de miles de kilómetros de líneas ferroviarias, oleoductos, puentes colosales, puertos aéreos y marítimos transcontinentales, así como centrales de telecomunicaciones y toda clase de inmuebles destinados al comercio, como naves industriales, instituciones bancarias y financieras, y todo, con el único propósito de fortalecer y desarrollar aún más su mercado interno, sus exportaciones y su economía, así como para impulsar la creación de miles de empleos en su territorio, pero, sobre todo, con el objetivo fundamental de hacer de la República Popular China la potencia comercial del siglo XXI.