Moratinos será alto representante de la ONU para la alicaída Alianza de Civilizaciones

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Moratinos será alto representante de la ONU para la alicaída Alianza de Civilizaciones

            El exministro Miguel Ángel Moratinos, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2010. (EFE)    

IGNACIO CEMBRERO

 

 

02/08/2018 05:00 - ACTUALIZADO: 03/08/2018 00:50

A la segunda va la vencida para Miguel Ángel Moratinos, de 67 años, exministro de Asuntos Exteriores. A partir de enero encabezará,  un órgano de Naciones Unidas, aunque de rango menor. Se instalará en Nueva York y será el alto representante de la Alianza de Civilizaciones, según indican fuentes diplomáticas. Su nombramiento por Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, se hará público este otoño con motivo de la asamblea general de la organización. Moratinos debía de haber desempeñado el cargo desde marzo pasado, pero el diplomático catarí Nassir Abdulaziz al Nasser, que ejerce actualmente como alto representante, pidió una prórroga hasta fin de año por razones personales.

Moratinos se movió con destreza para conseguir el cargo, pero también contó con el apoyo del Gobierno de Mariano Rajoy y de Jorge Moragas, su embajador ante Naciones Unidas. El Partido Popular denostó al principio la Alianza de Civilizaciones, una iniciativa tomada por José Luis Rodríguez Zapatero nada más llegar al Gobierno en 2004, pero cuando accedió al poder en 2011 mantuvo su participación. Redujo su aportación, pero en noviembre de 2017 hizo aún una contribución de 200.000 euros.

 

Rodríguez Zapatero y Recep Tayip Erdogan, entonces primer ministro de Turquía, la pusieron en marcha hace 13 años con el objetivo de “fomentar el diálogo y la cooperación entre diferentes comunidades, culturas y civilizaciones y construir puentes que unan a los pueblos y personas”, según explica en su web el Ministerio de Asuntos Exteriores. En realidad, estaba sobre todo pensada para estrechar lazos con el mundo islámico y por eso obtuvo una generosa financiación catarí.

El exjefe de la diplomacia española ha expresado su intención de revitalizar esa alianza, algo aletargada y carente de medios. En su entorno, algunos le sugieren que intente trasladar su sede de Nueva York a Ginebra, porque desde unos Estados Unidos presididos por Donald Trump no es fácil fomentar el diálogo con determinados sectores de la sociedad civil de países musulmanes.

Su segundo intento en la ONU

Este es el segundo intento de Moratinos por encabezar un órgano de Naciones Unidas. Tras dejar de ser ministro, en octubre de 2010, presentó su candidatura al cargo de director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), pero perdió en 2011 por tan solo cuatro votos frente al brasileño José Graziano de Silva.

Pese a la derrota, le debió de coger gusto a la seguridad alimentaria porque fue contratado por una agencia de Qatar (QNFSP), que se dedica a tratar de garantizarla y luchar contra la desertificación. Trabajó un año desde Doha, hasta que a finales de 2013 las autoridades del emirato lograron patrocinar la firma de un convenio internacional sobre las consecuencias del cambio climático en la agricultura y la ganadería.

La estrecha relación que trabó con los responsables cataríes le ha valido después su apoyo para su nombramiento al frente de la Alianza de Civilizaciones. También ha contado con el respaldo de Marruecos, que le considera un gran amigo del reino. Ese aprecio quedó de nuevo demostrado este lunes, cuando fue invitado por Mohamed VI a la Fiesta del Trono, y después el monarca le recibió en audiencia junto con Rodríguez Zapatero.

Desde 2014 hasta ahora, Moratinos ha estado dedicado a la docencia, en el Instituto de Estudios Políticos de París, y, sobre todo, a labores de consultoría —con tal propósito, fundó la empresa ICP Consulting—, sobre todo con países emergentes.

Así mismo Preside la Fundación ONUART. Que en los últimos meses ha organizado diversos eventos y conciertos en Ginebra ,  Lúxor  y Túnez , potenciando la Ruta de la Seda.

 

Wocmes Sevilla 2018

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La Fundación Tres Culturas, organizadora de Wocmes Sevilla 2018, dio por cerrada , con la celebración del último concierto de la programación cultural paralela, la quinta edición del World Congress for Middle Eastern Studies, que se ha celebrado desde el pasado lunes día 16.

 

 

 

El balance de esta edición ha resultado “incluso más positivo de lo que se esperaba antes de comenzar”, ya que a los 3.000 participantes (académicos, escritores, periodistas, científicos, diplomáticos, entre otros) de más de 90 países, hay que agregar “otras cifras de récord”, un total de 517 sesiones académicas en distintos formatos (paneles, mesas redondas o conferencias) 30 expositores en la ‘Book Exhibition’, unas 40 cintas proyectadas en el Film Fest, medio centenar de voluntarios, tres exposiciones, una performance, diez presentaciones de libros, cinco grandes conciertos y numerosas actuaciones de flamenco y música mediterránea en la misma sede de las sesiones de trabajo, la Universidad de Sevilla (US), según ha resaltado en un comunicado la Fundación Tres Culturas.

Todo ello, “con un impacto económico para la ciudad que supera los cuatro millones de euros”, según los cálculos de Tres Culturas. Asimismo, Wocmes está considerado “el foro más grande e importante del mundo para los expertos en Oriente Próximo y Norte de África”.

Por ello, en esta edición han tenido lugar “multitud de encuentros de sociedades científicas”, como el encuentro de Think Tank sobre Mediterráneo organizado por el Real Instituto Elcano o el Consejo Internacional de Wocmes, así como las mesas redondas de Casa Árabe o el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed).

Igualmente, han asistido especialistas como Robert Destro, nominado para el puesto de subsecretario para asuntos de Democracia, Derechos Humanos y Política Laboral en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, o representaciones diplomáticas de Marruecos, Italia, Emirates, Qatar, o Suiza.

También han estado presentes Universidades como Harvard, Columbia, Oxford, Cambridge, la Universidad Americana de El Cairo, la Sorbona, Bolonia y “prácticamente todas las universidades españolas”.

Además, la organización ha destacado “el gran respaldo institucional de este congreso”, con la presencia de Su Majestad el Rey Felipe VI en la inauguración académica, en la que también intervinieron el consejero del Rey de Marruecos y presidente de la Fundación Tres Culturas, André Azoulay; el Alto Representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, Nasser Abdulaziz Al-Nassir; el presidente del Consejo Internacional de Wocmes, Günter Meyer y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Otros actos han sido la recepción de congresistas en los Reales Alcázares de Sevilla, con el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, y el Vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, y la actuación de Dorantes y el Taksim Trío de Estambul, así como la entrega del Premio Wocmes 2018 en el Teatro de la Maestranza a Rachid Khalidi, profesor americano de origen palestino, titular de la cátedra Edward Said de Estudios Árabes en la Universidad de Columbia y una de las máximas autoridades en la interpretación del conflicto entre árabes y judíos.

Su discurso, disponible en la web de WOCMES Sevilla 2018, “ha sido uno de los más laureados hasta el momento, una brillante intervención a la que siguió un concierto de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla”, ha indicado la organización.

Al mismo tiempo, se ha desarrollado una programación cultural paralela bajo el título ‘Asómate al Mediterráneo’, de la que aún se pueden disfrutar tres propuestas: la exposición Fundación Tres Culturas del Mediterráneo (hasta el 30 de septiembre en la avenida de la Constitución de Sevilla); la muestra fotográfica ‘Flux, reflux et reflets d’instants tannés de lumière’ (hasta el 30 de septiembre en la sede de la Fundación) y, a partir de las 21,30 horas, en los Jardines Andalusíes de Tres Culturas, el concierto de Khansa Batma, denominada ‘la primera gran dama del rock de Marruecos’.

El director de la Fundación Tres Culturas, José Manuel Cervera, se ha mostrado “satisfecho de haber superado brillantemente, como atestiguan las innumerables felicitaciones recibidas en estos días, un reto organizativo de extraordinaria envergadura, reforzando así el prestigio nacional en internacional, el respaldo institucional y la relevancia social y cultural de esta fundación”.

“Mi agradecimiento especial a todos los que nos han apoyado; a los casi 50 voluntarios venidos de distintas partes de España, Europa y más allá; al excelente equipo que tengo el orgullo de dirigir en Tres Culturas, y a las instituciones y empresas que han hecho posible el éxito de este gran evento, que ya ha sido calificado como el mejor Wocmes de la historia”, ha concluido Cervera.

Entre las instituciones y empresas a las que se refiere el director*de la Fundación, ha destacado a la Universidad de Sevilla, el Ayuntamiento de la ciudad, la Diputación Provincial de Sevilla (Prodetur) y la Junta de Andalucía, con especial mención a la Consejería de Universidad y Conocimiento, y a la de Cultura. Igualmente, es reseñable el patrocinio de la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Casa Árabe, el Ministerio de Cultura y Comunicación de Marruecos, el Ministerio Delegado Encagado de los Marroquíes Residentes en el Extranjero, Emirates Diplomatic Academy, Kamel Lazaar Foundation y la Fundación ‘la Caixa’.

70 años del Correo de la UNESCO

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¡El Correo de la UNESCO cumple 70 años!: la única revista que Nelson Mandela leía en la isla Robben

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Nelson Mandela y Federico Mayor

“El apartheid no es, como se lo anuncia y como algunos pueden imaginárselo todavía, un esfuerzo serio por proporcionar a todas las razas las mismas oportunidades y facilidades, aunque se lo haga separadamente. De hecho, es la segregación perpetrada por blancos en beneficio de ellos mismos y en perjuicio de la población negra y de color”. Esto es lo que el prisionero 466/64, Nelson Mandela, leía enEl Correo en la isla Robben, ante las mismísimas narices de los carceleros del Estado policial que por entonces era Sudáfrica.

Annar Cassam 

En 1964, Nelson Mandela y sus compañeros de lucha fueron condenados a cadena perpetua. La administración penitenciaria se aseguraba de que sus primeros años de detención fueran, desde el plano intelectual y espiritual, tan áridos como la tierra de Robben: no les llegaba a las manos ningún periódico, ni siquiera los locales. Como escribió en su autobiografía, Un largo camino hacia la libertad (1994): “Las autoridades intentaban imponer un bloqueo informativo total; no querían que nos enteráramos de nada que pudiera levantarnos la moral ni que supiéramos que todavía pensaban en nosotros en el exterior”.

Sin embargo, los reclusos fueron autorizados a cursar estudios secundarios y superiores y, por lo tanto, a recibir las obras necesarias para ello. Por ejemplo, una suscripción en inglés a El Correo de la UNESCO, enviada desde París, se coló durante un tiempo entre los manuales de contabilidad y economía que encargaban los detenidos.

Está claro que a ojos de las autoridades penitenciarias, que en general solo hablaban afrikáans, la revista parecía una lectura inofensiva para esa categoría de prisioneros a quienes, después de un día de picar piedra en la cantera, se les permitía leer estos contenidos “sin importancia” en sus celdas.

Todo esto lo relató en septiembre de 1996 el propio Mandela en su despacho presidencial de los Edificios de la Unión (sede oficial del gobierno de Sudáfrica) en Pretoria al Director General de la UNESCO, Federico Mayor, cuando éste hizo una visita oficial a la nueva Sudáfrica democrática.

El presidente recordó el placer que él y sus compañeros habían obtenido al leer El Correo, una “ventana abierta” a tantos temas nuevos, como la diversidad cultural, el patrimonio común de la humanidad, la historia de África, la educación para el desarrollo... Ninguna de esas palabras formaba parte del léxico del apartheid y, mucho menos, en las desoladas tierras de la isla Robben.

La lectura de El Correo había sido su conexión con el mundo exterior y Nelson Mandela quiso decírselo al Director General de la UNESCO.

Tuve el privilegio de acompañar a Federico Mayor durante esa visita y, al escuchar los comentarios del presidente, me pregunté por su significado e importancia. El bien llamado Correo sirvió de paloma mensajera entre París y ese islote perdido en medio del Atlántico Sur, llevando a Mandela y a sus compañeros información e ideas de los cinco continentes bajo las narices de los carceleros del estado policial que era la Sudáfrica del apartheid. Esto significa que, cuando es necesario, ¡el conocimiento y las ideas pueden volar!

Apartheid

La isla Robben era el Alcatraz sudafricano, la isla-prisión donde se encarcelaba de por vida a delincuentes comunes negros, sin esperanza alguna de liberación. Cuando, en las décadas de 1960 y 1970, la lucha contra el apartheid se extendió, fue allí adonde el gobierno racista de Sudáfrica envió, durante el resto de sus vidas, a sus oponentes políticos más importantes. En realidad, se trataba de un presidio dentro de otra cárcel, porque el sitio principal de detención era la propia Sudáfrica, donde la comunidad minoritaria de colonos blancos estaba encerrada en la paranoia de su superioridad racial sobre la población autóctona. Todos los aspectos de la vida, privados y públicos, estaban regidos por leyes racistas diseñadas para oprimir y denigrar a la mayoría negra en beneficio de la minoría blanca, que detentaba todos los privilegios.

Al hacerlo, la clase dominante pretendía preservar y promover los “valores europeos” en nombre de una llamada “misión civilizadora” en África. Posición paradójica, ya que en realidad ignoraba todos estos valores, los principios de libertad, igualdad, democracia y fraternidad por los que los europeos lucharon durante siglos y escapaban a su comprensión.

Es precisamente de esa lucha –la devastadora guerra contra el racismo nazi que llevó en la Segunda Guerra Mundial al mundo al borde del abismo–, de donde nacieron la UNESCO y el sistema de las Naciones Unidas. En 1945, las naciones del mundo entendieron que “nunca más”, deberían tolerar tales horrores. En la UNESCO, proclaman expresamente que es “en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz” (como establece la Constitución de la UNESCO) mediante el intercambio y el desarrollo de conocimientos en todos los ámbitos, especialmente la educación, la ciencia y la cultura.

El régimen sudafricano no aprendió esta lección y optó por ir en sentido inverso, privilegiando la separación, la exclusión, la privación, la humillación y la violencia. El castigo infligido a cualquiera que se opusiera a esta ideología retrógrada era el destierro de por vida.
 

Artículos contra el apartheid en la isla Robben

Me imagino a Mandela y sus compañeros de lucha sonriendo de satisfacción leyendo estas líneas sobre el racismo, publicadas en 1968 por el sociólogo británico John Rex: “El ejemplo más señalado de racismo en elmunco actual es el apartheid en Sudáfrica. El apartheid no es, como se lo anuncia y como algunos pueden imaginárselo todavía, un esfuerzo serio por proporcionar a todas las razas las mismas oportunidades y facilidades, aunque se lo haga separadamente. De hecho, es la segregación perpetrada por blancos en beneficio de ellos mismos y perjuicio de la población negra y de color”. (“El racismo enmascarado”).

Algo menos de diez años más tarde, la masacre de los estudiantes por policías fuertemente armados durante los disturbios de Soweto en 1976 marcó un punto de inflexión en la historia de la lucha contra el apartheid, movilizando a una generación joven de oponentes airados, indignados por la  imposición del afrikáans como lengua de enseñanza en las escuelas negras. También reveló al resto del mundo que el gobierno racista no tenía otra estrategia que el uso de la fuerza bruta, incluso contra estudiantes desarmados. Sudáfrica es luego condenada al ostracismo por la comunidad internacional, rechazada si no por todos los gobiernos por el conjunto de pueblos del mundo.

En noviembre del año siguiente, El Correo publica un número especial sobre racismo en Sudáfrica bajo el título:África Austral contra las cadenas del racismo, que comienza con estas líneas: “El apartheid representa la forma más vil de la esclavitud moderna. En este punto, la acción paciente pero tenaz y vigorosa de la UNESCO se confunde con el combate de los propios negros sudafricanos, que han mostrado cómo, gracias al coraje de la rebelión, han olvidado el miedo y recobrado la esperanza. Si quiere seguir siendo fiel a sí misma, la comunidad internacional debe movilizarse y obrar con firmeza para que esa esperanza no se trunque”.

La lectura de este número fue obviamente prohibida en la isla Robben, pero mientras tanto la lucha había ganado la escena internacional y algunos líderes de Pretoria comenzaban a comprender que tarde o temprano necesitarían a Mandela. Con los años, éste y su causa fueron cobrando fuerza, mientras que el régimen del apartheid continuaba su curso de destrucción y violencia contra la población negra y los Estados africanos vecinos.

La larga detención de Mandela en la isla concluye en 1982: se lo traslada al continente, primero a la prisión de Pollsmoor, cerca de Ciudad del Cabo, y luego, no muy lejos, al “relativo” confort de una villa de la prisión Victor Verster. Durante esta fase de su cautiverio, que se extiende hasta 1990, Mandela pasa horas, como él dice, “hablando con el enemigo”, entablando diálogo y discusión con los miembros más inteligentes y menos sectarios del régimen para convencerlos de que la violencia estatal y la acción militar no aliviarán la creciente agitación del país y de que es necesaria una respuesta política a los anhelos de cambio expresados por todos, incluida la comunidad internacional.

Finalmente, llega el día tan esperado y, el 11 de febrero de 1990, Mandela cruza las puertas de la prisión y se impone en pocos días como la autoridad moral del país: ¡Éxito notable para este hombre no solo exiliado durante casi treinta años, sino cuyo nombre, fotografía o palabras habían estado prohibidos! En mayo de 1994, después de cuatro años de duras negociaciones con el gobierno de Frederik de Klerk, Mandela fue elegido para dirigir el nuevo Estado sudafricano, primer presidente de una sociedad democrática no racista, donde los opresores de ayer vivirían en paz con aquellos a quienes habían humillado desde siempre.

Los diez mil días de Mandela

Los 27 años de cautiverio de Mandela se pueden ver de dos maneras: como el terrible sacrificio de los mejores años de la vida de un hombre y el precio cruel de la ausencia y la pérdida para su familia: castigo innegable e inconmensurable. Pero los “diez mil días” de Mandela tras las rejas, como él dijo, también pueden verse en una escala diferente: como el tiempo que le llevó convencer a los racistas de romper sus cadenas ideológicas y culturales y aceptar que la libertad y la dignidad de todos los sudafricanos, todas las razas y credos, son los atributos supremos de un estado civilizado.

Los miembros de las “tribus blancas” de África pueden congratularse de que Mandela haya esperado tanto tiempo, que haya soportado hasta el fin para sacarlos, pacífica y pacientemente, de la prisión de su mentalidad, de la ilusión de separación y de superioridad, a una tierra común, de la que nadie puede ser expulsado debido al color de su piel.

En 1999 la isla Robben fue el primer sitio sudafricano inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial. Si alguna vez viera luz una lista mundial de todos aquellos que elevaron la conciencia colectiva de la humanidad, Nelson Mandela tendría en ella todo su lugar.

 

Con este artículo, El Correo destaca el primer centenario del nacimiento de Nelson Mandela, ocurrido el 18 de julio de 1918.

Descubra nuestro Homenaje a Mandela y nuestra selección de ediciones de El Correo dedicadas al tema del racismo

Annar Cassam

La tanzana Annar Cassam dirigió el Programa Especial de la UNESCO para Sudáfrica de 1993 a 1996.

Capella de Ministrers lleva ‘La Ruta de la Seda’ a los Teatros del Canal de Madrid en un concierto

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 Capella de Ministrers lleva ‘La Ruta de la Seda’ a los Teatros del Canal de Madrid en un concierto
Descripción
  • Grandes eventos
  • Fechas::
    • Starts: 22/06/2018
    • Ends: 27/06/2018
Dirección
  • Ciudad: Comunitat Valenciana
     
Capella de Ministrers presenta el 26 de junio este ambicioso trabajo, en colaboración con la Agència Valenciana de Turisme, que incluye músicas de China, India, Persia, Egipto, Magreb, Italia, España...
 
La formación, uno de los referentes de música antigua, ha cosechado con este programa un gran éxito y acogida del público en Pekín, Fuzhou, Valencia y Sagunto
 
La Ruta de la Seda es un trabajo discográfico con 25 temas interpretados por prestigiosos músicos nacionales e internacionales vinculados con este itinerario de transmisión de saberes, culturas y costumbres
 
Carles Magraner, director de Capella de Ministrers: “Madrid es, como la Ruta de la Seda, un modelo de mestizaje, intercambio cultural e intelectual”. Magraner, violagambista y musicólogo, ha trabajado durante 30 años en la recuperación de un patrimonio musical que ha rescatado y difundido en 1.500 conciertos y 56 discos propios
 

Esta oficina de turismo no se hace responsable de los cambios de horario y programación eventuales ajenas al conocimiento de la misma.

Primer foro árabe-chino de literatura promueve diálogo entre civilizaciones

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Spanish.xinhuanet.com   2018-06-22 06:20:12  
 
EL CAIRO, 21 jun (Xinhua) -- El primer Foro Arabe-Chino de Literatura, llamado "Innovación literaria sobre la nueva Ruta de la Seda", comenzó hoy en El Cairo con el fin de promover el diálogo entre civilizaciones.

El evento tendrá tres temas importantes: herencia e innovación literaria, la literatura en la vida moderna y movimiento de traducción de obras literarias.

El foro refleja la gran importancia que China concede a su diálogo con otras civilizaciones, en particular a la árabe, dijo Saeed al Masry, secretario general del Consejo Supremo de Cultura de Egipto, en un discurso pronunciado en el foro.

"El evento ayuda a tender un puente en el diálogo y la cooperación árabe-chinos", dijo Al Masry.

Más de 50 escritores de China, Egipto, Argelia, Irak, Kuwait, Marruecos, Sudán, Túnez, Yemen, Jordania y otros países participaron en el foro.

Entre los 13 participantes chinos estuvieron los escritores Yu Hua, autor del libro "To Live" (Para vivir), y Liu Zhenyun, quien escribió el libro "Someone to Talk to" (Alguien con quién hablar).

El embajador de China en Egipto, Song Aiguo, describió el foro como una plataforma para promover las relaciones culturales árabe-chinas y dijo que China y los países árabes tienen historias y civilizaciones antiguas.

La Ruta de la Seda moderna no sólo trabajará para impulsar el comercio, sino para reforzar el desarrollo de la cultura, la literatura y la traducción, dijo Tie Ning, director de la Asociación de Escritores Chinos.

"El foro reforzará los intereses mutuos entre China y el mundo árabe y dará nueva inspiración a la aplicación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta", dijo a Xinhua Habib al Sayegh, secretario general de la Unión de Escritores Arabes.

Propuesta por China en el 2013, la iniciativa busca construir una red de comercio e infraestructura que conecte a Asia con Africa y Europa a lo largo de las antiguas rutas comerciales de la Ruta de la Seda.

Al Sayegh exhortó a la población árabe a leer más sobre la cultura china para reducir la brecha del entendimiento de la literatura china y describió los eventos culturales como una enorme promoción para el movimiento de traducción.

Alaa Abdel Hady, director de la Unión de Escritores Egipcios, dijo que el foro manifiesta una fuerte base cultural entre China y el mundo árabe, que a su vez fortalece los lazos entre las dos partes en diferentes ámbitos.

"China ha recorrido un largo camino en el campo de la literatura y tiene técnicas de escritura diferentes", dijo, y señaló que el mundo árabe tiene que reconocer y absorber esa experiencia.

También dijo que la perdurable herencia de la antigua Ruta de la Seda fue el intercambio cultural y entre civilizaciones y que esto será heredado por la Ruta de la Seda moderna.

 

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